Al principio, cuatro espadachines contratados para traer de vuelta a una concubina fugada parecían ser mercenarios competentes, pero rápidamente resultaron ser un grupo de bufones incompetentes. Su líder, Yae-rang, sólo tenía una posición de combate: soltar su espada, hacer caras al enemigo y pellizcar sus propios pezones. Yo-i, es igual de estúpido, pero tiene al menos un toque de humanidad porque trabaja como mercenario para ganar dinero para su hermana pequeña. Los cuatro llevan a la concubina y a su amante bajo custodia, pero por accidente, también logran arruinar la oportunidad de que los fantasmas de cinco cortesanas asesinadas asciendan al cielo. Los guerreros aceptan matar al hombre responsable, lo que liberará a los fantasmas, pero los fantasmas deben enseñarles algunos trucos, porque sus habilidades en las artes marciales son casi inútiles.